Libro de melquisedec - [PDF Document] (2023)

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El libro de Melquisedec

Revelaciones, Misterios y Profecas en el Libro deMelquisedec

Antes y despus del Libro de MelquisedecDespus de recibir yescudriar los contenidos del Gran Rollo de Melquisedec, y tras unproceso de conversin a las nuevas revelaciones que se estabandescorriendo ante nuestro entendimiento, experimentamos la realidadde que al salir a luz este maravilloso manuscrito, estaba marcandoun punto en el tiempo, un antes y un despus en la historia humana,pues se podr decir, "lo que se saba antes de que saliera a luz elLibro de Melquisedec". Y esto lo podemos testificar debido a laporcin de conocimiento que el Eterno nos haba concedido alcanzarantes de encontrar el Libro de Melquisedec.

An hoy en da todos aquellos que con sinceridad as lo deseen,pueden constatar este hecho, al observar cuidadosamente lo que sesaba en el mundo con respecto al Plan de Dios para Sus hijos, yhacer un comparativo sencillo de lo que ahora podemos saber graciasa la aparicin del Libro de Melquisedec, gracias a las bendicionesque el Eterno nos concede en esta nuestra generacin al revelarnosms de Su Palabra.

Entendemos por experiencia personal, que las personas quefinalmente reciban en sus vidas el Libro de Melquisedec comoEscritura Sagrada, lo habrn alcanzado hasta despus de recorrer uncamino de conversin a la Luz adicional que el Creador revela eneste manuscrito, ya que ampliara el conocimiento verdaderoanteriormente recibido en Sus otras Escrituras.

Al familiarizarnos con el carcter de las escrituras sagradas,hemos aprendido que estos Libros Sagrados se defienden por s solos,y desafan al mundo con sus revelaciones, misterios y profecas. Loshombres de este mundo, a lo largo de la historia han luchado encontra de la autenticidad y veracidad de las Escrituras Sagradas, yhan ideado tantas maneras para desacreditar cada conocimiento, cadarevelacin, cada profeca, cada misterio, cada milagro contenidos enellas, menospreciando as al Autor de estas verdades, a la Fuente dela Luz.

Tambin es sabido por muchos sobre todas aquellasinterpretaciones errneas de las Escrituras que algunos en el mundohan esparcido, y es natural que al salir la Luz del Sol, lasTinieblas de la Noche contrasten con ella. As que, ser natural queal revelarse la Luz contenida en el Libro de Melquisedec, muchosque haban estado en algn grado de Tinieblas, ya sea pordesconocimiento o por los errores de interpretacin escritural,tengan dos caminos para decidir seguir, uno sera reconocer conhumildad su ignorancia o su error y con toda sabidura recibir laLuz del Libro, y el otro camino sera el del rechazo, y tal comosucede con las Tinieblas, tener que estar en el lado opuestoluchando en contra de la Luz y desvanecerse o huir cuando esta semanifiesta con toda claridad.

Todos aquellos que aman la Verdad encontrarn en el Libro deMelquisedec mucho de las verdades que haban estado buscando pormucho tiempo. Quin no ha anhelado conocer su origen personal? Quinno ha deseado con anhelo conocer a Aqul que nos dio Vida, Aqul queform el Universo? Por qu nos encontramos en un mundo cado si en elprincipio no fue as? Cul fue el descenlace "antes de la fundacin deeste mundo"? Cul ser el final de todo este Drama Universal en elfuturo? Son solo algunas de las verdades que revela este registrosagrado.

Nuestra oracin sincera es que la Verdad se allegue a la Verdad,sabemos que los que se esfuerzan por vivir en la Verdad recibirnestas Verdades contenidas en el Libro de Melquisedec, pues serndulcemente saboreadas por ellos, ya que son de su misma naturaleza.Aqullos que han amado la Verdad y la han procurado durante susvidas tendrn grandes motivos para regocijarse por las "buenasnuevas de gran gozo" que recibirn de este preciado Libro. Cuando sedescorra ante ellos el velo, y el Padre y el Hijo manifiesten lasRevelaciones de Su Amor, su corazn llorar, pues sabrn que Ellossiguen siendo Los Mismos, y conocern la Verdadera Naturaleza yCarcter que Ellos han mantenido desde el comienzo, probarn en granporcin el Amor con el que Ellos les han amado desde elprincipio.

Oh! Cmo contener mis lgrimas ante las Ddivas de Su Amor? Micorazn se desborda al reconocer y considerarme ser "lo dbil delmundo", y en esta humilde condicin el Eterno an as obra por nuestroconducto. Mi hermano y yo no imaginamos ni mucho menos planeamostodo esto que el Seor nos ha concedido concerniente a los misteriosy revelaciones del Libro de Melquisedec. Es Su Obra la que seefecta, no la nuestra. Bendecimos el camino que comenzarn todosaqullos que reciban con sinceridad de corazn, humildad y fe estascosas. El Mesas, Aqul que nos am desde el principio, Aqul a quinamamos desde el principio, manifestar la Eternidad de Su Amor atravs de Sus palabras registradas en el Libro de Melquisedec,nuestro amado Libro.

Libro de Melquisedec (Introduccin)

El Libro de Melquisedec fue escrito, en su forma original, sobresiete rollos cocidos entre s, el primer rollo narra dos historiasescritas por Abraham, a saber: La Historia de un Vaso y La Historiade Salem. Y como parte de los ltimos seis rollos, una historiaescrita por Melquisedec, denominada: La Historia del Universo. Elrollo fue preservado dentro de un vaso, oculto en una cueva porcasi cuatro milenios donde permaneci olvidado hasta llegada la pocadescrita como los ltimos das, cuando fue rescatado y revelado almundo por medio de un pequeo beduino (Vase Los Rollos del MarMuerto, al final de este libro, as como H. Salem 13:13; 14:20).Esteconjunto de rollos se escribi por mandato divino, bajo el espritude revelacin y visin proftica y da testimonio de la ministracin dengeles, as como de la visita personal del mismo Mesas a seresmortales. Este maravilloso manuscrito revela el verdadero carcterdel Creador, mostrando adems de Sus atributos y propsitos divinos,Su obra y el desenlace de todo el drama universal, en el que sepone de manifiesto la naturaleza perfecta de un Dios Justo yMisericordioso, infinito en Su amor, invariable en Su curso,inmutable e incorruptible en Su pureza y santidad.En su narracin seaprecian los orgenes del cielo y de la tierra, la naturaleza de laexistencia de las fuerzas opuestas del bien y del mal implicadas enla necesidad del libre albedrio que Dios concede a Sus criaturasracionales, como un principio responsable del progreso o retrocesode s mismos en esferas de existencia. As como la sabidura previsorade Dios al preparar un Plan de Rescate a favor de inocentescriaturas, y en el que posteriormente se ofrece en sacrificiopadeciendo sufrimientos y humillaciones, y an la muerte, pararescatar al ser humano del poder del enemigo engaador. Estemanuscrito contiene profecas que se cumplieron en esa poca, y que asu vez manifiestan una semejanza con las que ocurriran en losltimos das, detallando an el orden en que se verificaran.Melquisedec, el portador de las ms amplias revelaciones sobre elreino de la Luz, revela aqu, acontecimientos que existieron desdeantes de la fundacin del Universo, as como la naturaleza quepredominar en la tierra al culminar el triunfo del reino de Dios ydel Cordero. (H. Salem 13:7) Las verdades reveladas en estosescritos iluminarn la mente, y sensibilizarn los corazones vidos derectitud, haciendo surgir en ellos la obediencia espontnea a lasleyes divinas, en un gesto de reconocimiento y gratitud. (H. Univ.1:10) Estas revelaciones podrn llenar de poder y proteccinespiritual contra los arenosos cimientos de las filosofas humanas ylas vanas ilusiones y tentaciones del adversario. Como parte de lasms dulces revelaciones del Amor de Dios a Sus hijos, se halla lasiguiente promesa: El Eterno les dijo con amor: Hijos, aunquevosotros tendris que permanecer en este ambiente hostil, noprecisis temer, pues Yo permanecer al lado de vosotros. Ser uncompaero amigo en esta jornada; llevar sobre mis hombros vuestrosdolores, vuestros anhelos, vuestras luchas. Cuando, tentados por elenemigo, estuvieren a punto de ceder, podrn encontrar abrigo en misbrazos, que siempre estarn extendidos para salvarlos y, si algn davosotros no resistiereis, y por la furia del enemigo fueseisarrastrados hacia las profundidades del abismo, no os desesperiscreyendo no tener esperanza, pues Yo estar all para acudiros con miperdn y fuerza. (H. Univ. 5:22) Ciertamente El Eterno, aunqueinvisible a los ojos de Sus hijos humanos ha permanecido muy cerca,acompaado por un ejrcito de ngeles, en incansable ministerio decuidado y proteccin. (H. Univ. 6:4)El contenido de este rollo debeser de especial inters para los descendientes de Isaac, hijo deAbraham, ya que en el mismo, la bendicin que Melquisedec da alpequeo Isaac, dice: En la descendencia de ste nio habr de cumplirsetodas las cosas escritas en este manuscrito (H. Salem 14:17-18). Alfinal del primer rollo se halla una profeca dada por Melquisedec yregistrada por Abraham concerniente a este libro, que dice: Alsalir de su cueva, el rollo enfrentara la oposicin de muchoseruditos que lo declararan apcrifo. Vendra, sin embargo, elmomento, en que sus revelaciones seran confirmadas, y muchos serantransformados por sus mensajes, preparndose para el da del juiciofinal (H. Salem 14:20).

Libro de Melquisedec (Explicacin Preliminar)

(Video) The Book of Melchizedek (better audio in this version here: (https://youtu.be/jpuZ2f8adbc))

El orden en que se presentan aqu estas historias, sigue lasecuencia de acuerdo con el modelo divino que se sigui en el rollooriginal, cumpliendo as, el mandamiento que Yahwh dio a Melquisedecy a Abraham al respecto. El lector sensible podr percibir el sabiopropsito de dicho mandamiento al seguir la lectura en ese mismoorden. Este sagrado registro tiene una estructura precisa ydefinida, y en su anlisis muestra mltiples rasgos de suoriginalidad, no solo en su estilo, sino tambin en la simbologaarcaica que utiliza, donde parecera estar describiendo imgenesgeroglficas ms que palabras, as como en la utilizacin de pleonasmosy analogas, tal cual era el uso comn en las lenguas ms antiguas, ycuyos rasgos semitas se comparan a los hallados en la Biblia y enotros libros de igual origen.Por otra parte, en algunos versculosse citan cantidades las cuales estn escritas en forma de nmeros:40, 260, 144 etc. Tambin algunas palabras comienzan con una letramayscula an cuando estas no aparecen despus de un punto o lapalabra no amerite por regla comenzar con mayscula. Adems seutilizan las comillas, el doble o triple signo de exclamacin, ascomo la forma de combinar una interrogacin con una exclamacin almismo tiempo. En dichos casos, sean nmeros, letras maysculas osignos de expresin, hemos decidido dejarlos en la forma original enque encontramos escrita esta obra. El lector podr encontrarsignificados importantes en los nfasis que se hacen en determinadasexpresiones, palabras o frases.Las abreviaturas que utilizamos enesta obra para referirnos a una cita bblica, usamos las comnmenteconocidas, y para hacer referencia a las historias y cronologascontenidas en este libro, las identificamos de la siguientemanera:

H. VasoLa Historia de un VasoH. SalemLa Historia de SalemH.Univ.La Historia del UniversoCrono. 1Cronologa 1Crono. 2Cronologa2Crono. 3Cronologa 3

Al profundizarnos en el contenido de estas historias,comprendimos la relevancia que tienen las analogas como un mapa guaque el Universo nos ofrece, revelando a travs de semejanzas, laubicacin que tenemos en el tiempo dentro de la historia acumplirse, es decir, los acontecimientos y personajes del pasadoson una analoga o semejanza que corresponden a los acontecimientosy personajes del presente y del futuro. La mencin particular que elrollo hace sobre ciertos nmeros, medidas, y festividadessignificativas, nos motiv a la necesidad de graficar de manerasencilla, el orden cronolgico en que los acontecimientos llegaron aconsumarse en el pasado, llegando a repetir su correspondienteanaloga en el presente y en el futuro. (Vase Cronologa 1, 2 y 3) Nose debe confundir lo que llamamos analoga con predestinacin opreordinacin.Las cronologas graficadas no formaban parte del rollooriginal ni de la versin en portugus sobre la cual se hizo estatraduccin, sino que fueron diseadas y aadidas para facilitar unamayor comprensin del mismo, y fueron ubicadas al final del rollo deAbraham debido a que fueron tomadas de sus escritos. El encabezadode cada historia, la sinopsis de cada captulo, la asignacin numricade cada prrafo o versculo, y las referencias bblicas y de otroslibros sagrados, todos estos fueron agregados para presentar conmayor claridad los escritos del rollo.

La Historia de un Vaso

(Un relato escrito por Abraham)

Abraham, habiendo recibido el mandamiento de Yahwh, escribe enun rollo los acontecimientos que dieron origen a la historia que seconoce como La Historia de un Vaso, que narra los hechos queenmarcaron La Gran Liberacin que el Seor efectu por medio deAbraham, sus pastores y al La Historia de un Vaso(Un relato escritopor Abraham)Abraham, habiendo recibido el mandamiento de Yahwh,escribe en un rollo los acontecimientos que dieron origen a lahistoria que se conoce como La Historia de un Vaso, que narra loshechos que enmarcaron La Gran Liberacin que el Seor efectu pormedio de Abraham, sus pastores y aliados. (Vase Crono. 1, 2 y3)Captulo 1

Abraham es informado de la batalla en la cual Lot y muchos sonllevados cautivos. Abraham recibe mandamientos del Eterno a fin deefectuar la Gran Liberacin, esto es, convocar y preparar a suspastores, y preparar un vaso con caractersticas especiales.

1 Estaba descansando bajo la sombra del Roble de Mambr junto ami tienda, cuando vi llegar apresuradamente a uno de los siervos demi sobrino Lot. Casi sin aliento, l comenz a relatarme sobre latragedia: Hubo el da anterior una batalla entre las ciudades de laplanicie, implicando a cuatro reyes contra cinco. Como resultado,Sodoma fue derrotada y muchos de sus habitantes llevados cautivos,entre ellos mi sobrino Lot. La noticia me dej muy afligido, pues almismo tiempo en que senta que era preciso salir en su ayuda, me veafragilizado, sin ninguna condicin. 2 Siempre fui un hombre pacficoy detesto a aquellos que derraman sangre. Tengo muchos siervos,pero pocos saben manejar espadas y lanzas, pues desde la infanciahan sido entrenados como pastores. En lugar de espadas y lanzas,ellos manejan bordones con los cuales conducen los rebaos; En lugarde escudos, ellos cargan vasos en sus cinturas, siempre llenos deagua fresca, para matar su sed y refrescar a las ovejas afligidas;En lugar de vino para embriagarse, cargan sujeto a sus cintospequeas botijas con aceite de olivo, con los cuales ungen lasheridas del rebao; En lugar de trompetas resonantes, ellos soplanen cuernos pequeos, con los cuales convocan al rebao hacia elcorral. 3 Imaginando como sera un combate entre mis siervos y losejrcitos de aqullos cinco reyes victoriosos, comenc a rer. Mientrasreflexionaba, la voz de Aqul que siempre me gua, reson en mis odos,diciendo: 4 Abram, Abram! No menosprecies los instrumentos de lospastores, pues santificados por el fuego del sacrificio, habrn deconquistar la gran liberacin. 5 El Eterno comenz a darme rdenes,hacindome avanzar por la fe, sin saber como tal liberacin habra derealizarse.6 El primer paso fue la convocacin de todos los pastoresque, dejando a sus rebaos, se dirigieron al Roble de Mambr,trayendo sus instrumentos pastorales. Eran en total seiscientospastores. 7 Orden que vaciaran los jarros, colocando en ellos elaceite de la botija. 8 Despus de cumplir ellos esta orden, ped quetomara cada uno la lana de una oveja, mezclndola con el aceite delos jarros. 9 Despus de estas cosas, Yahwh me mand tomar un vasogrande de barro, llenndolo hasta la mitad con el aceite de olivo.10 Al concluir esta tarea, el Seor me mand hacer una larga mecha delana, enroscando la mitad dentro del aceite y dejando la otra parteapresada encima del vaso. 11 Despus de estas cosas, Yahwh me ordenencender la mecha, con el fuego del altar. Al aproximarme al fuegosagrado que todava arda sobre el sacrificio de la maana, una pequeaflama salt hacia la mecha, y poco a poco se fue alimentando delaceite, hasta convertirse en una llamarada que poda ser vista delejos.

Captulo 2

Abraham lleva el vaso sobre sus hombros. Sufrimientos y pruebasen su jornada. Muchos no sopor-tan la vergenza y abandonan aAbraham. Incredulidad de Sara.

1 Con el vaso en los hombros, inici una caminata rumbo a lasciudades de la planicie, siendo acompaado por los pastores. Luegocomenzaron a surgir escarnecedores que, al verme con aquel vasoincandescente en pleno da, comenzaron a decir que yo estaba loco.Al esparcirse esta noticia, muchos vinieron a mi encuentro,trayendo consejos para que yo abandonara aquel vaso que sera capazde destruir toda mi reputacin y dignidad delante de todos ellos. 2Cuando yo les habl sobre los ejrcitos y sobre mi misin conjunta conlos pastores, ellos concluyeron que de hecho yo estaba loco.Intentaron tirarme el vaso por la fuerza, mas aferrndome a el,imped que lo tiraran de m. 3 Avergonzados ante todo esto, muchospastores comenzaron a separarse: algunos regresaron hacia sustiendas mientras que otros se unieron a aqullos que se rean de micomportamiento extrao. 4 Sintindome solo con aquel pesado vasosobre los hombros, comenc a angustiarme. Anhelaba encontrar aalguien con quin pudiera compartir mi experiencia, ms todos melanzaban miradas de desaprobacin. 5 Me acord de Sara, mi amadaesposa; En obediencia a la voz de Yahwh habamos transitado pormuchos caminos, estando Sara siempre a mi lado, animndome aproseguir precisamente en los momentos ms difciles. Con certezaSara me traera consuelo y fuerzas para continuar firme, conduciendoel vaso de la salvacin. 6 Mientras que avanzaba por el caminopensando en Sara, la vi en medio de la multitud. Al dirigirme aella, me vi sorprendido y desalentado al ver en sus ojos el mismomenosprecio de aqullos que me llamaban loco por conducir en plenoda la llama que se haba desprendido del al-tar. 7 Acordndome de laorden de Yahwh de que tendra que liberar a mi sobrino Lt, fuiandando solo por el camino; Al colocarme en el lugar de aqullos queme llamaban loco, yo les daba la razn, pues en con-dicionesnormales, ninguna persona coherente saldra de casa, sin un rumbodefinido, llevando en la espalda en pleno da un vaso con unallamarada, afirmando estar marchando contra los ejrcitos de cincoreyes, para liberar un pariente. Realmente da a entender que setrata de la manifestacin de una gran locura. Precisamente as, bajoel rencor de todas las humillaciones y palabras que hablaban contram, yo avanzaba rumbo al valle desconocido. 8 Toda aquella burla fuefinalmente disminuyendo, a medida en que me distanciaba del Roblede Mambr.9 Comenzaron a sobrevenir a mi corazn muchas dudas encuanto a mi futuro. Estaba a veces afligido con el pensamiento detodo lo que haba experimentado, desde la convocacin de los pastoreshasta ese momento, podra ser, de hecho, demostraciones de unalocura.10 Lleno de dudas, comenc a pensar en la posibilidad deabandonar el vaso al lado del camino, regresndome junto al altar.sos eran los consejos de algunos pastores y amigos que, condolidosde mi soledad, todava venan a mi encuentro, aconsejndome a quevolviera; All, decan, que yo podra conquistar nuevamente laconfianza de los pastores, volviendo a ser, quizs, hasta el mismosacerdote honrado como antes lo era. Sobre el altar, decan, quehaba un fuego mucho mayor que aqul que yo cargaba en los hombros.11Estaba a punto de regresar, cuando Sara vino a mi encuentro,contndome sobre el desprecio que muchos pastores lanzaban contra m;Ella estaba consternada, pues toda aquella deshonra, recaa tambinsobre ella, al punto de no sentir ms deseos de permanecer junto aaqul altar.12 Despus de alertarme, Sara comenz a hablarme de unplan: Podramos, quizs, mudarnos a una ciudad distante, dondeolvidaramos todas aquellas vejaciones. 13 Olvidndome de la voz queme haba mandado seguir rumbo a la planicie, contest a mi esposa queyo estara dispuesto a acompaarla a cualquier lugar, si ella permitaque yo llevara el vaso. l sera nuestro altar, calentando eiluminando nuestras noches con su llama. 14 Al or sobre el vaso,Sara volvi a enojarse, afirmando no entender mi terquedad alcontinuar llevando sobre los hombros aquel smbolo de vergenza ydesprecio. Despus de decirme tales palabras, me volvi la espaldaregresando hacia la tienda.

Captulo 3

Abraham entiende el significado del vaso. Abraham protege a lapequea llama de los fros vientos. Muchas ovejas siguen a Abraham.Abraham, andando solo, sigue el rastro. Los ejrcitos se burlan deAbraham y amenazan con el exterminio de los cautivos.

1 Angustiado por no poder realizar el sueo de Sara, prosegurumbo al futuro incierto, siendo orientado nicamente por la llama,cuyo brillo aumentaba a medida en que las tinieblas se hacan msdensas. Comenc entonces a meditar sobre aquella llama que meacompaaba con su brillo y calor. 2 Yo estaba acostumbrado a ver elFuego Sagrado entronizado sobre un gran altar de piedras, en mediode las alabanzas de muchos pastores, de entre los cuales yo medestacaba como maestro y sacerdote. En aquellos momentos deadoracin, yo me vesta con los mejores mantos, y haca la pregunta derealizar el sacrificio, solamente cuando todos mis siervosestuviesen reunidos a mi alrededor, para que escuchasen misconsejos y advertencias. En la hora del sacrificio, yo levantabahacia el cielo mi espada desenvainada, y, con palabrasamedrentadoras, proclamaba la grandeza del Seor de los Ejrcitos, ElDios Todopoderoso que domina sobre los Cielos y la Tierra. Vibrandola espada en el aire en un movimiento amenazador, yo representabadelante de mis pastores, la imagen de un Dios severo, que siempreesta listo para repeler cualquier confrontacin. Despus de esademostracin de soberana y poder, tomaba yo una oveja de las manosde un pastor, y la amarraba sobre el altar. Para que estuviese bienclara la ira divina, pinchaba yo sobre su cuello, golpendolaseveramente, hasta verla perecer. En aquel momento yo descenda delaltar, y permaneca esperando el Fuego Sagrado que jams dej demanifestarse sobre el sacrificio. 3 Yo haba aprendido desde lainfancia a reverenciar el Fuego Sagrado, creyendo que ello era unarevelacin visible de Yahwh, el Gran Dios Invisible. Hasta entonces,yo lo vea como un Fuego nico e Indivisible. Ahora, al transportaren un humilde jarro la llama que se haba desprendido del altar, mispensa-mientos se agitaban con el sur-gimiento de un nuevo conceptosobre el Creador: el concepto de un Dios Sufridor que es capaz dedesprenderse del Gran Yahwh, representado por el Fuego Sagrado,para acompaar al pecador en su jornada. 4 Arrepentido, me postrdelante del vaso y llor amargamente. Tena ahora conciencia de quetodo el celo demostrado junto al Altar, tena como finalidad laexaltacin de mi orgullo, y no la del amor de Aqul que me acompaabapor el camino.5 Sbitamente, se me grab en la mente la conviccin deque aquella pequea llama que se haba desprendido del Fuego Sagrado,era una representacin del Mesas, que Se desprendera del Gran Yahwh,para ser el Dios Con Nosotros, compaero en todas nuestras jornadas.Al sobrevenirme esta conviccin, la llama se alegr, tornndose msbrillante y calurosa. 6 Con el corazn transformado, prosegu por elcamino rumbo al valle, llevando en los hombros el jarro que me habatrado despus de tanto desprecio, la alegra de una nueva revelacinsobre el carcter del Creador. 7 Momentos difciles comenzaron asurgir en mi camino, cuando fros vientos venidos del mar saladocomenzaron a arremeterse contra la pequea llama, pro-curandoapagarla. Yo la amparaba con mi cuerpo, andando muchas veces delado e igualmente de espalda, mas siempre avanzando rumbo al valle.8 Al romper la luz del da, me encontr a un paso de la planicie.Comenc a encontrar por el camino muchos rebaos que eran conducidospor rudos pastores. A medida en que avanzaba entre ellos, surgantumultos y confusiones, pues muchas ovejas y cabras se asustabancon mi vaso ardiente, dispersndose por todas partes. Esto hizo quela mayora de los pastores estu-viesen irritados contra mi presenciaen su medio. 9 Sabiendo que no podra permanecer retenido en esevalle, prosegu de frente rumbo a Sodoma. Mientras que avanzaba,comenz a suceder algo interesante: muchas ovejas, tiernas ysumisas, comenzaron a acompaarme. Eran pocas al principio, peropoco a poco su nmero fue aumentando, hasta que comenc a caminar condificultad, debido al gran nmero de ovejas que me seguan. A lolejos yo poda ver a los pastores, enfurecidos, por la prdida de susovejas ms bonitas. 10 Al llegar a la Ciudad de Sodoma, la encontrvaca y devastada. Siguiendo los rastros dejados por los ejrcitos ypor la multitud de cautivos, fui aproximndome cada vez ms al blancode mi misin. Al llegar a la campia de Dan, pude avistar a lo lejosel gran campamento de los soldados, al pie de una colina. Sinprisa, me encamin hacia all, conduciendo a mi nuevo rebao. 11 Desdelo alto del monte, pude observar el campamento en toda su extensin.Haba millares de soldados conmemorando su victoria; Mientras que,centenares de cautivos yacan amontonados en medio del campa-mento,humillados y sin esperanza. Ante esa escena, estuve imaginando cmose podra realizar la liberacin. 12 Mi presencia despert lacuriosidad de algunos soldados que, al verme con el vaso fumigante,se aproximaron y comenzaron a burlarse. Cuando me preguntaron elmotivo de mi presencia en aquel lugar, les dije que vena a liberara mi sobrino Lt. Mis palabras se tornaron en motivo de muchasbromas en todo el campamento; Despus de esto, comenzaron a mofarsede Lt. 13 En poco tiempo, toda aquella burla se transform en gritosde venganza, y proclamaron que, a la maana siguiente, todos loscautivos seran exterminados, comenzando por mi sobrino.

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Captulo 4

Abraham se reconforta con la llegada de sus pastores y aliados.Los pastores aprendieron a amar la luz del Vaso. Lealtad de losaliados de Abraham. Orientado por la Voz Divina, Abraham dainstrucciones estratgicas. La lamparilla de Lot. Confusin y matanzaentre los ejrcitos enemigos.

1 Mientras intentaba imaginar lo que Yahwh podra hacer paraalcanzar tan milagrosa liberacin, vi surgir a lo lejos un grupo depastores que se encaminaban en direccin ma, viniendo de Sodoma.Pens al principio que eran los pastores enemigos que venan aarrancarme el rebao conquistado con amor. Tal desconfianza prontodesapareci, dando lugar a un sentimiento de mucha alegra, cuandodescubr que eran mis fieles pastores. Ellos se fueron aproximandoen pequeos grupos de doce, hasta alcanzar el total de 300 pastores.Al mirar hacia ellos, pude notar en sus semblantes las seales deuna gran lucha espiritual que tuvieron que enfrentar, para estar demi lado. Me contaron acerca de la experiencia de muchos compaerosque, desanimados, haban lanzado el aceite y la lana fuera de susvasos, regresndose hacia sus tiendas. Me hablaron de como, enaquella noche anterior, haban aprendido a amar la luz de mi vaso,que para ellos se convirti como en una estrella gua. 2 Me alegrabacon la presencia de mis humildes pastores, cuando llegaron endireccin nuestra Aner, Escol y Manre, acompaados por quince hombresarmados; Eran fieles amigos que, conociendo los peligros queenfrentaramos en aquel valle, vinieron en nuestra ayuda. Para queno aplazramos el plan divi-no, les ped que permanecieran escondidoshasta el amanecer, cuando recibiran orientaciones sobre cmoparticipar en la misin. 3 Comenc a orientar a los pastores,siguiendo las instrucciones de La Voz Divina que me sonaba desdedentro de la llama: La primera tarea de los pastores, sera cuidardel rebao hasta el anochecer.4 Al volver, orden que amarraran lasmadejas de lana empapadas en aceite, en la punta de sus bordones,colocndolos dentro de los vasos que, deberan mantenersesuspendidos, boca abajo. 5 Comenc a encenderlos con el fuego de millamarada, hasta que las trescientas antorchas estuvieron ardiendo,aunque, ocultas, en el interior de aquellos vasos. 6 Orden acuarenta de mis valerosos pastores que, en el momento indicado poruna seal que sera dada, deberan avanzar silenciosos hacia el centrodel campamento, circundando a todos los cautivos que yacanamontonados en medio del campamento de las tropas. Al mismo tiempo,los 260 pastores restantes, deberan rodear todo el campamento,esperando la seal de romper los vasos con los cuernos.7 Orientadopor La Voz de la Llama, les indiqu las seales: Cuando la ltimaantorcha se apagase en el campamento, deberan estar atentos, puesuna pequea lamparilla sera encendida por uno de los cautivos. Tanpronto como la lamparilla comenzase a arder, deberan correr cadauno hacia su puesto, evitando cualquier ruido, para no serdescubiertos.8 La seal para ellos de quebrar los vasos con loscuernos, levantando muy en alto la antorcha, sera el apagar de lalamparilla.9 Despus de esas orientaciones, los 260 pastores,ocultos por las sombras de la noche, se esparcieron por el valle, yestaban esperando el momento de colocarse alrededor del campamento;Mientras tanto, los 40 se colocaron prximos a un pasaje msvulnerable, a travs del cual habran de alcanzar a los cautivos. 10Era ya alta noche cuando la antorcha del ltimo soldado se apag,sobreviniendo una completa oscuridad y silencio sobre el campamentode las tropas.11 Entre los cautivos, haba un hombre en aquellanoche, que viva la mayor angustia de su vida. Era mi sobrino que,despus de convertirse en el blanco de tantos abusos yhumillaciones, haba tomado conocimiento del castigo que lesesperaba al amanecer. 12 En aquella noche, Lot tena suspensamientos vueltos hacia su to; se acordaba con arrepentimientodel momento en que me haba dejado junto al Roble de Mambr, mudndosehacia las campias de Sodoma. En su desesperacin, sinti deseo devolver a ver mi faz y de pedirme perdn por haberse apartado de m.Justamente en aquel momento, Lot fue atrado por el brillo de unaantorcha que arda sobre la colina. Al mirar el brillo, imagin estarteniendo una visin, pues ello mismo le revelaba la faz de suquerido to.13 Queriendo mostrarme su rostro, Lot palp en medio delas tinieblas hasta encontrar una pequea lamparilla que haba tradoen su alforja. Frustrado, percibi que no haba en ella nada deaceite. Concluy que aquella lmpara apagada y seca, era un smbolo desu vida vaca y sin fe. 14 Sin desviar los ojos de mi rostroiluminado por la llama del vaso, en un desesperado gesto de fe, Lotpalp la mecha de su lamparilla, descubriendo que haba en ella unresiduo de aceite. Curvndose, comenz a herir las piedras del fuego,hasta que una chispa salt hacia la mecha. Sin saberlo, Lot estabacomandando con sus gestos, los pasos para una gran liberacin. 15Los trescientos pastores al ver el tenue brillo de la lamparilla,se encaminaron rpidamente hacia sus puestos, y, permanecieronaguardando el apagar de la pequea llama. 16 Desde el momento en queLot se levant con su diminuta llama, yo estaba mirando hacia susojos que miraban los mos. Vi que su faz traa seales de inenarrableangustia y malos tratos. As mismo, pude leer en sus ojos azules,que la esperanza y la fe todava no le haban abandonado.17 El pequeofuego de la lamparilla de Lot, con todo, no resistira por muchotiempo. Era necesario que se apagase, para sealizar la granvictoria.18 Cuando la oscuridad volvi a cubrir la faz de Lot, mistrescientos pastores arremetieron sus cuernos contra los vasos quemantenan ocultas las antorchas ardiendo. Un gran ruido, como decaballera en combate reson por todas partes, mientras que lasantorchas eran suspendidas. Los trescientos cuernos utilizadoshasta entonces para conducir el rebao, sonaban ahora como trompetasde conquistadores.19 Todo el campamento se despert de un solobrinco, y, sin saber cmo escapar de tan terrible investida queparta de afuera y de adentro, los soldados comenzaron a lucharentre s mismos, mientras que mis pastores permanecan en suspuestos, haciendo sonar los cuernos. 20 Los cautivos, estuvieronmuy espantados al principio, mas poco a poco fueron tomandoconciencia de la gran liberacin que estaba operndose en su favor.21Cuando amaneci, se revel ante nuestros ojos un escenario decompleta destruccin; Todo el pueblo estaba cubierto por millares decuerpos rasgados por sus propias espadas y lanzas. Solamente unospocos consiguieron huir de aquel campamento de muerte, mas fueronperseguidos por mis dieciocho aliados que estaban armados, siendoalcanzados en Hob, que esta a la izquierda de Damasco, mientrastanto, los cautivos, ahora liberados, recuperaban todas lasriquezas de que haban sido saqueados por los enemigos.

Captulo 5

La Gran Liberacin representa la liberacin de Israel en losltimos das. Abraham descubre que La Gran Liberacin se concretiz enRosh Hashan. Abraham predica la fe en el Mesas a los cautivosliberados invitndoles a purificarse en agua, solo tres lo aceptan.Abraham rechaza la oferta del rey de Sodoma. Abraham y los fielesdeciden conmemorar la fiesta de Sukot en Salem. Las Perlas delVaso. Bienvenida festiva en Salem. El encuentro de Abraham yMelquisedec. (Vase Crono. 1, 2 y 3)

1 De la cima de la colina, en tanto que yo vibraba con la alegrade los cautivos en aquella maana de liberacin, o la Voz de Yahwhhablndome de en medio de la llama:2 Esta liberacin que hoy seconcretiza, representa la liberacin que he de operar en los ltimosdas, salvando a los remanentes de tus hijos, del cerco de numerosasnaciones que se aliarn a Gog con el propsito de destruirlos. Enaquel da en que triunfaren sobre mi pueblo, mi indignacin ser muygrande, y contender contra l por medio de la peste y de la sangre;lluvia inundante, grandes rocas de granizo, fuego y azufre har caersobre l, sobre sus tropas y sobre sus muchos pueblos que estuvierencon l. As, yo me engrandecer, justificar mi santidad y me dar aconocer a los ojos de muchas naciones; y sabrn que yo soy el Seor.Y sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalnderramar el Espritu de gracias y de splicas; mirarn hacia m a quientraspasaron, y harn lamentacin como quien se lamenta por un hijounignito y llorarn por l como quien llora amargamente por elprimognito. En aquel da, habr una fuente abierta para la casa deDavid y para los habitantes de Jerusaln, para remover el pecado yla impureza". 3 Consiente de la importancia histrica de aquel da delibera-cin, tom un calendario y, mir con sorpresa, pues era RoshHa-shan, o da de las trompetas. Aqul era el primer da de un AoNuevo; Diez das despus vendra el Yom Kipur, el da de la purificacinde los pecados; En el da 15, tendra lugar la fiesta de Sukot, laalegre fiesta de las cosechas de otoo. 4 La llama que para m sehaba convertido en una representacin del Mesas Prometido, se apagen el momento en que descend al encuentro de los pastores y de losmuchos cautivos ahora liberados. Llenos de alegra y de admiracin,todos queran saber como haba llegado a ser posible tan grandeliberacin, solamente con la utilizacin de aqullas antorchas ycuernos. Les habl entonces de la importancia de aquel fuego que sehaba desprendido del Altar, para liberarlos en aquel valle,identificndolo como el Mesas Salvador. 5 Al ver que todos cargabanen sus cuerpos y mantos la suciedad de la esclavitud, los invit aseguirme hasta el ro Jordn, donde todos podran baarse, para lapurificacin de sus pecados. 6 Solamente tres personas atendieron lainvitacin: Lt y sus dos hijas ms recientes. Los dems, regresaroncontaminados hacia sus casas. 7 Antes de partir, el rey de Sodomavino a mi encuentro, prometiendo darme todas las riquezasrecuperada en aquella maana. Yo rechac su oferta, para que nuncajams alguien pudiera decir que yo me enriquec con aquel saqueo. 8Permanecimos acampados en los mrgenes del ro Jordn, en lasproximidades de Jeric por doce das. En aquellos das de refrigerio,todos se hallaron libres de las impurezas, dejndolas en las aguasdel Jordn. Este era un preparativo especial para la fiesta de Sukotque decidimos conmemorar en Salem. 9 Llenos de alegra, iniciamosuna marcha ascendente rumbo a la ciudad de Salem, inconsciente dela feliz sorpresa que nos aguardaba. Yo segua al frente teniendo ami lado a Lt y sus dos hijas, y detrs venan los 300 pastores,conduciendo el gran rebao. 10 A medida que avanzbamos, comenc anotar que mi vaso que se haba quedado vacio al amanecer, se tornmuy pesado. Al bajarlo, mir sorprendido al descubrir dentro de lmuchas perlas de variados tamaos y brillos que se formaronmisteriosamente.11 Al ver nosotros a lo lejos la blanca ciudad,comenzamos a or sonidos de una gran fiesta. Acordes armoniososrepercutan por los montes, mientras avanzbamos por el camino.12 Micuriosidad en conocer aquella ciudad y a su joven rey era inmensa,pues de boca de muchos ya haba odo acerca de su grandeza y fama. Setrataba de un reino diferente de todos los dems, donde los sbditoseran entrenados no en el manejo de arcos y flechas, sino en eldominio de instrumentos musicales. Melquisedec, su joven rey, regaa todos con un cetro muy especial: un lad, por el cual haba pagadoun precio elevado.13 En tanto creca en m la alegra por estarnosaproximando a la Ciudad del Gran Rey, vimos una multitud vestida delino fino, puro y resplandeciente, saliendo a nuestro encuentro.Todos traan instrumentos musicales, mientras cantaban un himno devictoria. Al frente de la multitud vena un joven tocando un lad,trayendo en la frente una corona repleta de piedras preciosas, quebrillaban bajo la claridad del sol poniente. Yo tuve la certeza deque aqul era el tan aclamado rey de Salem.14 Al momento de nuestroencuentro, quedamos admirados con la salutacin que nos hicieron;Inclinndose delante de m, Melquisedec afirm:15 Bendito eres tAbraham, siervo del Dios Altsimo, que posee los cielos y la tierra;y bendito sea el Dios Altsimo, que entreg a tus adversarios en tusmanos".

Captulo 6

Grandes revelaciones de Melquise-dec y su pueblo. Los vencedoresson coronados. Al ser coronado, Abraham se conmueve al observarheridas profundas en las manos de Melquisedec. Melquisedec prometerelatar su historia. Melquisedec, al partir el pan y el vino, eshonrado. Las 144 perlas como diezmo. Las instrucciones y profecasde Melquisedec.

1 Sorprendidos por la festiva recepcin, fuimos introducidos enla ciudad, donde la belleza de las mansiones y jardines nos causmucha admiracin. Todo all era puro y lleno de paz. 2 Fuimosrecibidos en el palacio real, edificado sobre el Monte Sin. All,una nueva sorpresa nos aguardaba: 3 La gran sala del trono, estabatoda adornada con representa-ciones de nuestra victoria sobre losenemigos. Haba en medio de la sala una mesa muy larga, cubierta portoallas de lino fino adornadas con hilos de oro y piedraspreciosas. Sobre la mesa haba 304 coronas, cada una trayendo lainscripcin del nombre de un vencedor. En un gesto que nuevamentenos sorprendi, Melquisedec, tomando las coronas, comenz acolocarlas en la cabeza de cada uno de nosotros, comenzando por Loty sus hijas. Estbamos todos admirados por el hecho de que el rey deSalem nos conociera individualmente, y por tener preparadasaquellas coronas mucho antes de que fusemos vencedores. 4 Yoobservaba la alegra de mis compaeros coronados, cuando, tomando unacorona semejante a la suya, el rey de Salem se dirigi a m con unasonrisa. Al levantarla sobre mi cabeza, not algo que hasta entoncesno haba percibido: Sus manos traan cicatrices de heridas profundas.Vencido por un sentimiento de gratitud, me postr a sus pies y,conmovido, bes sus bondadosas manos, bandolas con mis lgrimas. 5 Allevantarme, le pregunt el significado de aquellas cicatrices. Conuna tierna sonrisa, l prometi que ira a contarme toda la historiade aquel prspero reino, y de cunto le cost obtener su paz. 6 Despusde coronarnos, Melquisedec nos hizo sentar alrededor de la granmesa, y comenz a servirnos el pan y el vino; A partir de aquelmomento, comenzamos a honrarlo como Sacerdote del Dios Altsimo. 7En un gesto de gratitud, tom el vaso repleto de perlas, y lo coloqua los pies del rey. Tomndolo en los brazos, l comenz a acariciarlo,sin atentar hacia el brillo de las perlas. Expresndome la gratitudpor aquella ofrenda, me dijo que aceptara el vaso y, que de lasperlas, solamente aceptara el diezmo. 8 Inmediatamente comenc acontar las joyas, separando las ms bellas para el rey. Haba untotal de 1,440 perlas, de las cuales le entregu 144. l las guardcuidadosamente en una cajita hecha de oro puro, en cuya tapa habalindos adornos con incrustaciones de pequeas piedras preciosas. 9Despus de recibir el diezmo que simbolizaba la gran liberacinoperada por Yahwh en la planicie, Melquisedec llam venir a l a unode sus sbditos que era maestro en adornos y pinturas, ordenndolehonrar el vaso con un lindo grabado que retratase el momento en queyo lo ofrend. 10 Mientras el jarro era pintado, Melquisedec comenza contarme la historia de su reino, desde su fundacin hasta aquelmomento en que estbamos conmemorando la gran victoria sobre losenemigos. 11 Al devolverme el vaso, ahora honrado con el ms bellograbado e inscripciones que exaltaban la justicia, la humildad y elamor, el rey de Salem me orden que llevara conmigo el vaso conaquellas perlas. Durante seis aos yo y mis pastores deberamoscontar a todos la historia de aquel vaso que fue victorioso porcausa de la llama del altar. A todos aquellos que, conarrepentimiento, aceptasen la salvacin representada por suhistoria, deberamos ofrecer una perla. Al final de los seis aos,las perlas se acabaran; Ya no habra oportunidad de salvacin.Sobrevendra entonces el sptimo ao, en el cual habra un tiempo degran angustia y destruccin, cuando solamente habra proteccin paraaquellos que poseyesen las perlas. Por esa ocasin, las ciudades dela planicie seran totalmente detruidas por el fuego del juicio, ylos dems pueblos que no se arrepintiesen, seran diezmados porgrandes plagas.

Captulo 7

Continan las revelaciones de Melquisedec. Acontecimientos que severificarn en Rosh Hashan, en Yom Kipur y en la fiesta de Sukot.Seis aos de oportunidad. La santificacin del da de reposo, seal dealianza con Yahwh. La Nueva Jerusaln revelada al final del sptimoao. La Venida del Mesas. La resurreccin de los fieles fallecidos ytransformacin de los vivos victoriosos. Coronacin de los justos enla Ciudad Santa. (Vase Crono. 3)

1 Sobre el triunfo que acabbamos de obtener sobre numerososejrcitos, Melquisedec, despus de repetirme las palabras dichas porel Mesas, dijo una seal que sera importante para aqullos queviviesen por la ocasin de la gran liberacin de Israel. Afirm que,multiplicando las 144 perlas del diezmo por el nmero de columnas desu palacio, encontrara el ao que traera a su consumacin la granliberacin de Israel. Movido por la curiosidad, comencinmediatamente a contar las columnas; Eran 40 columnas de mrmol,adornadas con piedras preciosas.2 Al regresar al rey con elresultado de los clculos, l comenz a hacer predicciones sobre losgrandes acontecimientos que tendran lugar al final de aqul ao: 3 Alllegar la plenitud de los tiempos, todos los esfuerzos humanos enbusca de la paz se frustrarn. En aquel tiempo, numerosas nacionesse aliarn contra el reino de Salem; Habr una batalla como nuncahubo, y toda la tierra ser castigada por el fuego; Despus de agotarellos todos los recursos en su defensa, Israel ver, condesesperacin, incontables enemigos marchando contra ellos, con elpropsito de eliminarlos. Como Lot en su noche de angustia, ellosvern morir su esperanza, cuando, en Rosh Hashan, ha de orse enmedio de las ruinas de Salem, los acordes armoniosos de un lad,tocados por un beduino de la tribu de Taamireh; Su msica harrenacer la fe y la esperanza en un mundo mejor, donde nacin no selevantar contra nacin; donde las lgrimas, el dolor y la muerte noexistirn ms. 4 Despus de consolar a los afligidos con los acordesde su lad, el beduino tomar el vaso con los pergaminos de la tumbade David, y lo llevar sobre los hombros. En aquel da, estarn lospies suyos sobre el Monte de los Olivos, y, al clamar por laliberacin de Israel, habr un fuerte terremoto que agrietar el Montepor la mitad, surgiendo del oriente hacia el occidente un enormevalle. En aquel da, toda la tierra de Israel ser fuertementesacudida, sobreviniendo una total destruccin para todos losejrcitos enemigos; Habr, sin embargo, salvacin para todos aqullosque, con arrepentimiento, se refugiaron bajo las alas del Eterno,lanzando lejos de s los instrumentos de violencia. 5 Toda lahumanidad testimoniar, con espanto, las escenas de la liberacin delos hijos de Israel. En aquel da, muchos pueblos y poderosasnaciones se establecern al lado de Yahwh de los Ejrcitos;Multitudes de los judos de la dispora se aproximarn, diciendo: Nosiremos con vosotros, porque sabemos que el Eterno est de vuestrolado.6 El Yom Kipur que seguir a la liberacin, ser un da depurificacin de las impurezas de todos aqullos que aceptaron lasalvacin; En aquel da acabar la ceguera de los hijos de Jacob, ymirarn hacia Aqul a quien traspasaron, y llorarn amargamente por lcomo se llora por un hijo unignito. 7 En la fiesta de Sukot(cosechas) ser derramado el Espritu de Dios sobre toda carne; Ysuceder que, todo aqul que invoque el nombre de Yahwh, ser salvo,recibiendo una perla del vaso. 8 En el decorrer de los das deSukot, lluvias de bendiciones caern sobre el inmenso valle,haciendo surgir a la vista de todos los pueblos, en toda la tierraSanta, un paraso repleto de alegra y paz.9 En aquel da los elegidosde Dios comprendern las palabras del libro: 10 "Odme, vosotros, queprocuris la justicia, vosotros que buscis a Yahwh. Mirad hacia laroca de la cual fuisteis cavados, hacia la caverna de la cualfuisteis sacados. Mirad hacia Abraham, vuestro padre, y hacia Sara,aquella que os dio a luz. l estaba solo cuando lo llam, mas yo lobendije y lo multipliqu. Yahwh consol a Sin, consol todas susruinas; l transformar su desierto en un Edn y su soledad en unjardn. En ella encontrarn gozo y alegra, cnticos de accin degracias y sonidos de msica". 11 En aquel da los redimidos mirarnhacia el humilde beduino que liber de la caverna el vaso deAbraham, y cantarn con alegra:12 "Cun bellos son, sobre los montes,los pies del mensajero que anuncia la paz, del que proclama buenasnuevas y anuncia la salvacin, del que dice a Sin: Oh tu Dios reina!Porque Yahwh consol a su pueblo, l redimi Jerusaln. Yahwh descubrisu santo brazo a los ojos de todas las naciones, y todos losextremos de la tierra vern la salvacin de nuestro Dios". 13 Duranteseis aos, toda la humanidad, iluminada por la mayor revelacin delamor y de la justicia de Yahwh, tendr oportunidad de romper con elimperio del pecado, unindose a los hijos de Israel en su marcha depurificacin y restauracin del reino de la luz.14 Entonces acontecerque, todos los sobrevivientes de las naciones que marcharon contraJerusaln, subirn, ao tras ao, para postrarse delante del rey Yahwhde los Ejrcitos, y para celebrar la fiesta de Sukot. Y acontecerque aqulla de entre las familias de la tierra que no suba y novenga, atraer contra s misma la plaga con la que Yahwh herir a lasnaciones que no suban a celebrar la fiesta de Sukot. 15 En aquellosaos de oportunidad, sonar por todas partes del mundo el ltimoconvite de misericordia, en un intento por que todos los pecadoresse arrepientan y se unan en una eterna alianza con Yahwh, diciendo:16 "As dice Yahwh: Observad el derecho y practicad la justicia,porque mi salvacin esta pronta a llegar y mi justicia, amanifestarse. Bienaventurado el hombre que proceda as, y el hijodel hombre que en esto se afirma, que guarda el sbado y no loprofana y que guarda su mano de practicar el mal. No diga elextranjero que se entreg a Yahwh: Naturalmente Yahwh va a excluirmede su pueblo, ni diga el eunuco: No hay duda, yo no paso de un rbolseco"; Pues as dice Yahwh a los eunucos que guardan mis sbados yoptan por aquello que es mi voluntad, permaneciendo fieles a mialianza: He de darles, en mi casa y dentro de mis muros, unmonumento y un nombre ms precioso del que tendran como hijos ehijas; He de darles un nombre eterno, que no ser extirpado. Y, encuanto a los extranjeros que se entregaren a Yahwh para servirlo,s, para amar el nombre de Yahwh y convertirse en sus siervos, asaber, todos los que se abstienen de profanar el sbado y que semantienen fieles a mi alianza, yo los traer a mi santo monte y loscubrir de alegra en mi casa de oracin. Sus holocaustos y sussacrificios sern bien aceptados en mi altar. En efecto, mi casa serllamada casa de oracin para todos los pueblos".17 En los seis aosde oportunidad, Samael, el gran engaador, en un gesto dedesesperacin, emplear todos los recursos posibles para impedir larealizacin de Yahwh a travs de Su pueblo. En oposicin a lasantificacin del sbado que es la seal de la alianza entre Yahwh ysus escogidos, numerosas religiones, aliadas a gobernantes impos,impondrn otro da para el culto, no pudiendo comprar ni vender todosaqullos que se mantuvieren fieles a la alianza de Yahwh. Enaquellos aos de pruebas, los elegidos de Dios sobrevivirn medianteel cuidado de los ngeles, que los conducirn distantes de lasciudades populosas que sern castigadas por las siete ltimas plagasque caern sobre los impenitentes al final de los seis aos.18Durante los seis aos de la cosecha final, el Mesas edificar unaNueva y Eterna Jerusaln, adornndola con los hechos de justicia deSus escogidos. Esa Nueva Jerusaln solamente ser revelada alcompletarse toda la justicia divina, al final del sptimo ao, perodoen que los elegidos de Dios tendrn como desafo vivir una vida sinculpas, pues cualquier acto de rebelda en aquel tiempo, estara sinexpiacin, significando una eterna vergenza para el Creador. 19 Alcompletarse los siete aos, el Mesas aparecer en las nubes delcielo, acompaado por todas las huestes celestiales; Al tocar Sutrompeta en aqul gran Rosh Hashan, los fieles fallecidos,resucitarn revestidos de gloria; los vivos victoriosos, serntransformados en un abrir y cerrar de ojos, recibiendo cuerposperfectos; Juntos, todos los redimidos sern arrebatados hacia laNueva Jerusaln, en un viaje inolvidable que comenzar en el primerda de la fiesta de Sukot; Despus de siete das de feliz ascensin,llegarn a La Ciudad Santa para conmemorar, delante del trono, eloctavo da de la fiesta. Como si fuese un sueo, los rescatados delSeor entrarn en La Ciudad Santa, encontrando a su lado norte, eljardn del Edn, en medio del cual se eleva el monte Sin, el lugardel trono de Yahwh. Coronados por el Mesas, los redimidos entonarnel cntico de la victoria, haciendo vibrar por todo el espacio losacordes de sus arpas, lades y flautas.

Captulo 8

Continan las predicciones de Melquisedec. Abraham y sus pastoresproclaman la salvacin represen-tada por la historia del vaso y sullama redentora. Otorgan perlas a los creyentes. Un tiempo deopor-tunidad antes de la calamidad. Las perlas del vaso no tenansignificado para Sara.

(Video) Origins Of Melchizedek - Secrets of Enoch

1 Despus de proferir todas estas predicciones, Melquisedec medijo que toda la experiencia que estbamos viviendo, era prefigurativa. Para que todo el drama se consumase, tenamos todavadelante de nosotros acontecimientos importantes; primeramente, yodebera regresar al Roble de Mambr juntamente con mis pastores, paraproclamar a todos la salvacin representada por la historia de aquelvaso. Todo aqul que, con arrepentimiento, aceptase al Mesasrevelado, obtendra el perdn de sus pecados, recibiendo una perla.Al final de seis aos, al llegar la vspera de Rosh Hashan, lasperlas se acabaran, no habiendo ms oportunidad de salvacin. Poraquel tiempo, el fuego del juicio caera sobre las ciudades deSodoma y de Gomorra, habiendo terribles plagas sobre todos losinfieles.2 Al or tales palabras del rey de Salem, me sobrevino granan-gustia, al acordarme de los ltimos pasos de Sara; Yo tema queella, en su incredulidad, no aceptase una perla. Si estoaconteciese, mis lindos sueos se echaran por tierra, pues noconseguira ser feliz en su ausencia. Leyendo en mis ojos laangustia, Melquisedec me consol con una promesa:3 Abram, de aqu aseis aos Yahwh te visitar en tu tienda, y tu esposa ser curada desu esterilidad. Ella se convertir y te dar un hijo que se llamarIsaac. 4 Al finalizar la fiesta de Sukot, retornamos a nuestrastiendas junto al Roble de Mambr. A medida en que bamos avanzandopor el camino, muchas personas nos rodeaban, admirados por labelleza del vaso repleto de perlas; A todos contbamos la historiade su llama redentora, y ofrecamos las perlas a todos los quecreyendo, aceptaban la salvacin. 5 Cuando llegamos al Roble deMambr, una multitud de personas en l esperaba; Muchos haban odohablar de la milagrosa liberacin operada a travs de aquel vaso quehaba sido el blanco de tanto menosprecio. Ahora, todos estabanenmudecidos al verlo glorificado. 6 Juntamente con mis pastores,continuamos proclamando el infinito amor de Yahwh revelado por lallama. El nmero de aquellos que procuraban obtener las perlas fueaumentando, da tras da, y todos ramos felices. 7 Los das, los mesesy aos fueron pasndose, y la cantidad de perlas fue disminuyendodentro del vaso. Estbamos viviendo ahora los ltimos meses del sextoao, que era el ltimo de oportunidad. A medida en que los das sepasaban, aumentaba en mi corazn una preocupacin y una angustia,pues Sara hasta entonces no haba tomado inters en apoderarse de superla, a pesar de mis constantes ruegos.8 En aquellos momentos deafliccin en que clamaba a Dios por la salvacin de Sara, mi nicoconsuelo eran las ltimas palabras del rey de Salem, de que al finalde los seis aos ella sera transformada. 9 Vivamos ahora los ltimosdas del sexto ao; La conciencia de que el tiempo se estabaagotando, haca que muchas personas me procurasen desde la maanahasta la noche, para apoderarse de las perlas de la salvacin. Conel corazn herido por inexpresable afliccin, yo insista con Sara,procurando convencerla de su necesidad en tomar, cuanto antes, unaperla, pues las mismas se estaban haciendo cada da ms escasas. Sinconsiderar mi angustia, Sara desdeaba mis solicitudes, afir-mandoque aquellas perlas no tenan ningn significado para ella.

Captulo 9

Abraham intenta convencer a Sara sin tener xito. Abraham recibecon hospitalidad a tres peregrinos. El Seor convierte a Sara y lebendice, le entrega dos perlas, una para ella y otra para su hijo.Abraham cae a los pies de su Redentor y recibe la ltima perla.

1 Despus de una noche en vela en que, desesperadamente, procurconvencer a mi amada de posesionarse de su perla, aceptando lasalvacin representada por aquel vaso, vi el sol surgir trayendo laluz del ltimo da vspera de Rosh Hashan. Al mirar hacia dentro delvaso en aquella maana, vi que restaban apenas tres perlas. Aladmirarles el brillo, comenc a imaginar que la ms brillante serapara mi hijo prometido, la de brillo intermedio sera la de Sara, yla ltima sera la ma. Ese pensamiento me trajo alivio y esperanza;Pero, al mismo tiempo, comenc a preocuparme con la posibilidad deque llegaran personas procurando obtenerlas; Si viniesen, yo nopodra negarles el derecho a ellas. 2 Tomado por esa preocupacin,permanec sentado bajo el Roble de Mambr. En el transcurso del da,me sobrevino un gran estremecimiento cuando vi a lo lejos tresperegrinos que caminaban rumbo a nuestra tienda. Comenc a clamar aDios que ellos cambiaran de rumbo, pero mis clamores no fueronatendidos. Dominado por una gran amargura, corr hasta ellos, y,despus de postrarme, los invite hacia la sombra. 3 Tomando unavasija con agua, comenc a lavarles los pies, limpindolos del polvodel camino. Al ver los pies heridos y ampollados de aqulloshombres, sent compasin por ellos; Comprend que haban venido de muylejos, enfrentando peligros y desafos, con el propsito de obtener atiempo las perlas. Vi que ellos eran mucho ms merecedores que yo,Sara y nuestro hijo prometido.4 Al lavar los pies del tercero, micorazn que hasta entonces estaba afligido, se lleno de paz yalegra; Imaginaba en aquel momento, cun terrible sera si aqultercer peregrino, no se hubiese unido a los dos primeros en aqueltrayecto; En ese caso yo estara obligado a tomar la ltima perla,subiendo sin mi amada a Salem. Si tuviera yo que pasar por esaexperiencia, la perla que simbolizaba la alegra de la salvacin, seconvertira para m en un smbolo de soledad y tristeza, pues la largavida del cario de Sara, sera para m el mayor castigo, como lapropia muerte. 5 Despus de lavarles los pies, comenc a servirles elalimento que fue especialmente preparado para ellos. Mientras lesserva en silencio, estaba yo esperando el momento en que mepreguntaran por las perlas. Pero sin revelar ninguna prisa, elloshablaban sobre la larga caminata que hicieron, sobre las ciudadespor donde haban pasado. Yo les pregunt si conocan Salem; Ellos merespondieron afirmativamente, agregando que en aquellos seis aos,muchas obras haban sido realizadas en aqulla ciudad, en preparacinpara una gran fiesta que estaba por realizarse dentro de un ao ms,por la ocasin de Sukot. 6 Las palabras de aqul tercer peregrino, elms conversador de los tres, comenzaron a traerme, misteriosamente,un sentimiento de esperanza. Al mirar hacia sus ojos azules, Vi quel se pareca a Melquisedec.7 Recordaba la ltima promesa hecha por elrey de Salem, cuando el tercer peregrino me pregunt con unasonrisa: 8 Abram, Donde est Sara tu mujer?!9 Atnito, le pregunt: 10Cmo sabes mi nombre y el nombre de mi esposa? 11 El peregrino, merespondi: 12 No solamente s vuestros nombres, sino tambin s que, deaqu a un ao vosotros tendris un hijo que ser llamado Isaac. 13 Alor las palabras del visitante, corr hacia dentro de la tienda a finde llamar a mi esposa, para que oyese las palabras de aqulperegrino. 14 Al verla, el peregrino le pregunt:15 Sara, porqu osres de mis palabras? 16 Asustada, Sara, contest:17 Yo no re miseor! 18 No digis que no resteis, pues yo os vi riendo dentro de latienda. Afirm el peregrino. 19 Consiente de estar delantede alguienque conoca su interior, Sara le pregunt:20 Quin eres t Seor?!21 YoSoy la llama que se desprendi del Fuego del Altar para estar en elvaso de tu esposo! Yo Soy el Mesas, el Yahwh que sufrehumillaciones y desprecios por amor a Su pueblo! 22 Habiendo hechoesta revelacin, el peregrino extendi Sus manos sobre la cabeza deSara para bendecirla; Solo hasta entonces vi, que ellas estabanmarcadas por cicatrices semejantes a las del rey de Salem. 23 Elperegrino, con mucha ternura, comenz a hablar al corazn de miamada, rescatndola de su caverna de incredulidad: 24 Sara, valiosaeres a mis ojos! Todo tu pasado de incredulidad e infertilidad estperdonado! Tengo para ti un futuro glorioso, pues t te con-vertirsen madre de muchos pueblos y naciones!25 Despus de decir estaspalabras, el noble visitante se encamin hacia el vaso e,inclinndose, tom de el las tres perlas restantes. Dirigindose aSara, le entreg dos perlas, y le dijo: 26 Una es para ti y la otraes para tu hijo Isaac. 27 Con la vida transformada por el amor deYahwh, Sara se postr agradecida a los pies de aqul peregrino que lahaba salvado en el ltimo momento de oportunidad. Cuando la vipostrarse sumisa, mi corazn por tantos aos afligido, se rompi enlgrimas de alegra y gratitud, y ca a los pies de mi Re-dentor yRey. 28 Despus de consolarnos con la certeza de nuestra eternasalvacin, el peregrino me entreg la ltima perla. Cuando la apret enmis manos sent una gran luz de alegra y paz penetrar todo mi ser, ycomenc a alabar al Eterno por la certeza de que tendra para siemprea mi lado a mi querida Sara y al hijo de la pro-mesa que, dentro deun ao nacera.

Captulo 10

Abraham acompaa al Seor hasta la colina desde donde el Seor envaa sus dos compaeros a una misin. Yahwh se lamenta por la destruccinque habr de sobrevenir a los habitantes de las ciu-dades de aquelhermoso valle. Abraham intercede por aquel pueblo. No haba diezjustos en Sodoma y Gomorra. Lamentacin de Yahwh. Los dos compaerosson enviados para rescatar a Lot y sus hijas. Abraham se postraagradecido a Yahwh por la intervencin en el rescate de susfamiliares.

1 Despus de estas cosas, Yahwh se despidi de Sara y de lospastores que all se encontraban, y me invit a que los acompaarahasta la colina que esta frente al valle. Cuando llegamos a aquellugar, el Eterno se despidi de sus dos compaeros, envindolos a unamisin especial en Sodoma. 2 De la cima del monte contemplbamos losfrtiles valles y bosques que, como un paraso, se extendan en ambosmrgenes del ro Jordn, circundando las prsperas ciudades, dentro delas cuales se destacaban Sodoma y Gomorra.3 Fue sobre aquellacolina que, despus de la contienda entre mis pastores y lospastores de Lot, le di la oportunidad de escoger el rumbo a seguir,pues no podramos permanecer juntos. Atrado por las riquezas de lacampia, l decidi mudarse hacia all. 4 Al mirar hacia mi compaeroque permaneca en silencio desde el momento en que vimos la campia,me sorprend al verlo llorando. Le pregunt el motivo de su tristeza,y l, sollozando respondi:5 Este es para m un da de mucha tristeza,pues por ltima vez mis ojos podrn posarse sobre este valle frtil.Lloro por los habitantes de esas ciudades que no saben que sus dasacabarn!6 La declaracin de Yahwh me trajo el recuerdo de todosaqullos cautivos que haban sido liberados seis aos antes;lamentablemente, casi todos rechazaron el bao de la purificacin,regresando inmundos hacia sus casas; nicamente Lot y sus hijasaceptaron la salvacin, tomando posesin de sus perlas. Pensando enalguna posibilidad de liberacin para aqul pueblo, pregunt al Seor:7Y si acaso existe en aquellas ciudades, cincuenta personas justas,an as seran ellas destruidas?8 Yahwh me dijo que si hubiesecincuenta justos, toda la planicie sera perdonada.9 y si hay 45justos?10 Si hubiese all 45 justos, todas aquellas ciudades seranperdonadas. 11 Continu con mis indagaciones hasta llegar alnmerodiez. Yahwh me dijo que si hubiese 10 justos en aquellasciudades, toda la planicie sera perdonada.12 Torturado por unainexpresable agona de espritu, Yahwh volvi a llorar amargamente,mientras que con voz embargada, pronunciaba un triste lamento:13Sodoma y Gomorra, cuntas veces quise Yo juntar a tus hijos, como lagallina junta a sus polluelos debajo de las alas, mas vosotras noaceptasteis mi proteccin. Por qu es que vosotras cambiasteis la luzde mi salvacin, por las tinieblas de este reino de muerte?! Misodos estn atentos en busca de, por lo menos una plegaria, mas todoes silencio! Mis manos estn extendidas, prontas a impedir el fuegodel juicio, mas vosotras rechazis mi socorro! 14 Inclinndome allado de mi sufridor compaero, me un a l en la lamentacin. En aquelmomento de dolor, tuve la certeza de que Melquisedec tambin sufrapor todos aquellos que haban cambiado el amor y la paz de Salem,por las ilusiones de aquel valle de destruccin. 15 Despus de unlargo llanto, Yahwh me consol, con la revelacin de sus doscompaeros, se encontraban en aquel momento en Sodoma, con la misinde salvar a Lot y a sus hijas librndoles de la muerte. Sus palabrasme trajeron gran alivio, y me postr agradecido a sus pies.

Captulo 11

Yahwh comisiona a Abraham registrar en un rollo la historia delVaso, as como la historia de Salem, para posteriormente entregarlodentro del Vaso a Melquisedec. Destruccin de Sodoma y Gomorra.Abraham se lamenta en extremo.

1 Antes de partir, Yahwh me encarg una misin, diciendo:2 Toma unrollo vaco y registra en l la historia del vaso y la historia deSalem, conforme osteis de los labios de Melquisedec. Dentro de unao, t y todos aquellos que aceptaran la salvacin, debern subir aSalem para la fiesta de Sukot; En aquel da, devolvern al rey deSalem el vaso, ofreciendo dentro de l como presente, el rollo. 3 Enaquella misma tarde, en obediencia a las rdenes de Yahwh, comenc aregistrar la historia vivida por m y por mis pastores, desde elmomento en que part rumbo al valle, llevando sobre la espalda elvaso con su llamarada.4 Al da siguiente, el sol ya iba alto,cuando, al mencionar la ciudad de Sodoma en el manuscrito, recordque aquel era el da de su destruccin. Con el corazn acelerado, corrhacia all y me qued espantado con el escenario que se extendidelante de mis ojos: En lugar de aqul valle frtil, semejante a unparaso, haba un desierto humeante, sin vida alguna; En lugar de lasciudades de Sodoma y Gomorra, haba un crter profundo, hacia dondelas aguas del mar salado escurran.5 Quebrantado ante esa visin dedestruccin, volv a la tienda con el corazn entristecido. Elrecuerdo de tantas personas que, por rechazar el perdn divino,haban sido consumidas por el fuego, me dejaba profundamentedebilitado. En los das siguientes, no encontr fuerzas paraescribir; Regres otras veces a la colina, con la esperanza de quetodo aquello fuese una pesadilla, pero en lugar del valle frtil yosolamente consegua percibir aquel caos.6 Demor varios das para queyo volviera a tener el nimo de proseguir con los escritos delrollo.

La Historia de Salem(Un relato escrito por Abraham)

Abraham relata La Historia de Salem segn lo escuch de los labiosde Melquisedec en la ocasin en que subieron a Salem para celebrarla fiesta de Sukot, despus de La Gran Liberacin. Adonas, cansado delas iniquidades del pueblo e inspirado en las virtudes de su amadohijo, edifica una ciudad: un reino diferente a todos los dems.Despus de vivir el jbilo de la victoria y la lamentacin de laperdicin, Melquisedec recibe una revelacin de un ngel, en la que ledeclara que todo aquel drama que estaba viviendotena un sentidoprefigurativo, retratando acontecimientos pasados y futuros, queenvolvan todo el vasto universo. (Vase Crono. 1 y 2)

Captulo 1

Adonas, hombre justo, busca alcanzar su sueo de justicia y paz.Escribe en un pergamino las leyes que regiran el nuevo reino depaz. Inicia la edificacin de Salem, la cual esta destinadanicamente pa-ra los limpios de corazn.

(Video) THOTH's PROPHECY read from the Hermetic Texts by Graham Hancock

1 sta es la historia de Salem segn la o de los labios deMelquisedec en la ocasin de la fiesta de Sukot, quince das despusde la liberacin de Lt y sus hijas.2 Todo comenz con un sueo en elcorazn de un hombre llamado Adonas; l posea muchas riquezas, pero anada apreciaba ms que a la justicia y a la paz que nacan de lasabidura y del amor.3 Cansado con las injusticias que predominabanpor toda la tierra de Canan, Adonas resolvi edificar un reino quefuese regido por leyes de amor y de justicia. El nombre de lacapital de ese reino sera Salem, la Ciudad de la Paz. 4 Los sbditosde Salem no empuaran arcos y flechas, mas seran entrenados en elarte musical; Cada habitante de Salem tendra siempre al alcance desus manos un instrumento musical, para expresar por medio de el lapaz y la alegra de aquel nuevo reino. Juntos, formaran una poderosaorquesta en la lucha contra la desarmona que nace del orgullo y delegosmo. 5 El primer paso de Adonas para la concretizacin de suplan, fue elaborar las leyes del nuevo reino, las cuales l lasescribi en un pergamino. Los sbditos de Salem no podran mentir,hurtar, odiar, ni matar a sus semejantes. El orgullo y el egosmoeran sealados como causa de todo el mal, por tanto, no podranexistir en aquel lugar de paz. 6 Las leyes del pergamino requeranla prctica de la humildad, de la sinceridad, de la amistad, y, porencima de todo, del amor que es la mayor de todas las virtudes. 7Despus de registrar en el pergamino las leyes que regiran aquelreino, Adonas comenz a planificar la arquitectura de Salem. Serauna ciudad al principio pequea, con habitaciones para mildoscientas personas. Como el lugar de su edificacin, fue elegidauna regin alta de Canan, al occidente del Monte de los Olivos. 8 Enpoco tiempo, la realizacin de Adonas comenz a atraer personas detodas partes que, de cerca y de lejos, venan a conocer los palaciosy las mansiones que estaban siendo edificados. Admirados ante labelleza de aquella ciudad tan blanca, los visitantes pregun-tabansobre quines seran sus habitantes. Adonas les mostraba elpergamino, diciendo que Salem se destinaba a los limpios de coraznaqullos que estuviesen dispuestos a obedecer sus leyes.

Captulo 2

Conclusin de la edificacin de Salem. Melquisedec, la inspiracinde su padre. Adonas buscando honrar a un sbdito especial, ve enSamael un reflejo de las virtudes del propio prncipe. Samael eshonrado.

1 La edificacin de la ciudad fue finalmente concluida y Salem serevel hermosa como una novia adornada, a la espera de su esposo. 2Asentado en su trono, Adonas ahora examinaba a los nu-merososcandidatos a sbditos que llegaban de todas partes. Aqullos que,prometiendo fidelidad a las leyes, eran aprobados, reciban tresdotes del rey: el derecho a una mansin, vestiduras de lino fino yun instrumento musical en el cual deberan practicar.3 La ciudadestaba finalmente repleta de habitantes. Lleno de alegra, Adonasconvoc a todos a la fiesta de inauguracin de Salem, en eltranscurso de la cual proclam un decreto que determinara el futurode aquel reino, diciendo:4 A partir de este da, que es el dcimo delsptimo mes, seis aos sern contados, en los cuales todos loshabitantes sern probados. Solamente aquellos que permanecierenleales, progresando en la prctica de las leyes del pergamino, sernconfirmados como herederos de este reino de paz. Aqullos que fuerenenlazados por culpas y transgresiones, sern desterrados por eljuicio. 5 Las palabras del rey condujo a todos a un profundo examende corazn, y se alegraron con la certeza de que alcanzaran lavictoria sobre todo el orgullo y el egosmo, que son las races detodos los males. 6 Adonas tena un hijo nico a quin haba dado elnombre de Melquisedec. La belleza, ternura y sabidura de se hijoamado, haban sido su inspiracin para la edificacin y fundacin de sureino. 7 Melquisedec tena doce aos de edad, cuando Salem fueinaugurada. Era el plan de Adonas coronarlo rey sobre los sbditosaprobados, al final de los seis aos. Este plan, lo mantendra ensecreto hasta el momento oportuno.8 El prncipe, con sus virtudes ysimpata, se hizo pronto muy querido por todos en Salem. l tenasiempre en los labios una sonrisa y una palabra de afecto.Apreciaba estar junto a los sbditos en sus hogares, recitndoles lasleyes del pergamino en forma de lindas canciones que vivacomponiendo. Su presencia traa al ambiente una atmsfera defelicidad y paz. se amado prncipe posea, de hecho, todas lasvirtudes ne-cesarias para ser rey de una Salem Victoriosa.9 Adonashaba edificado una mansin especial junto al palacio, con elpropsito de ofrecerla al sbdito cuya vida expresase msperfectamente las leyes del pergamino. Diariamente l observaba alos habitantes, buscando entre ellos a esa persona a la que deseabahonrar.10 Paseaba por las alamedas de Salem, cuando, por entre eltrinar de pjaros, Adonas oy una voz semejante a la de su hijo. Aldarse vuelta para ver quin era, encontr a un bello joven quecantaba una cancin. Al contemplar en su faz el brillo de lasabidura y de la pureza, Adonas se alegr por haber encontrado aaqul a quin podra honrar. Aqul joven, que era una copia fiel delprncipe, se llamaba Samael.11 Colocndole un anillo en el dedo, elrey lo condujo al palacio, donde, fue recibido por Melquisedec quele ofreci muchos presentes, entre los cuales el derecho de estarsiempre a su lado.12 Adonas prepar un gran banquete en honor deSamael, para el cual todos fueron convidados. Al contemplarlo allado del rey, los sbditos lo aclamaron con alegra, acreditndolo serel propio prncipe.13 Exaltaban con jbilo las virtudes de aqulhermoso joven, cuando se manifest Melquisedec, colocndose con unasonrisa a la derecha de su padre.14 En el banquete, Samael fuehonrado por todos. Realmente l era digno de residir en la mansindel monte, pues haba en l un reflejo perfecto de las virtudes quecoronaban al amado prncipe.

Captulo 3

Las sublimes composiciones de Melquisedec inspiraban al pueblo aactos de bondad y paz. La msica preservando la armona y la paz.Samael, compaero inseparable de Melquisedec. Revelacionesimpor-tantes de Adonas a su pueblo sobre el futuro gobierno de unaSalem victoriosa. Samael, guardin de las leyes. 1 Salem creca enfelicidad y paz. Con alegra, los sbditos se reunan cada da alamanecer para or, cantar y tocar las sublimes composiciones deMelquisedec, que inspiraban a actos de bondad y paz. 2 Entre lasamistades nacidas y fortalecidas en virtud de la msica armoniosa,sobresala aqulla que una al prncipe con Samael. Desde que habacomenzado a residir en la mansin del monte, Samael se habaconvertido en su compaero constante. Juntos pasaban largas horas,meditando sobre las leyes del pergamino. Con admiracin, el sbditohonrado vea al hijo de Adonas transformar aquellas leyes en lindascanciones. Las dulces melodas nacan de sus labios como el perfumede una flor.3 Consiente de la importancia de la msica en lapreservacin de la armona y paz en Salem, el prncipe, adems delcanto, comenz a dedicarse a la msica instrumental, siendo suinstrumento preferido el lad. Era por medio de ese instrumento queconsegua expresar con mayor perfeccin la riqueza de su alma.4 Delos seis aos de prueba, cinco, finalmente pasaron. Adonas, feliz dever que hasta entonces todos los habitantes de Salem habanpermanecido leales a los principios contenidos en el pergamino, losconvoc a un banquete, en el cual hara importantes revelaciones.5Habiendo tomado sus lugares delante del trono, los sbditos, conalegra unieron las voces entonando los cnticos de la paz, siendoregidos por Samael.6 Despus de orlos, el rey, emocionado, se dirigia su hijo, abrazndolo en medio de los aplausos de la multitudagradecida. Todos reconocan que la paz y la alegra en Salem, eranen gran medida debidas al amor y dedicacin del amado prnci-pe, queera el autor de aquellas dulces canciones. 7 En aquel momento dereconocimiento y gratitud, Adonas revel sus planes mantenidos hastaentonces en secreto. Con voz pausada, les dijo:8 Sbditos de estereino de paz, m alma esta repleta de alegra por contemplar en esteda vuestros rostros ms radiantes que en tiempos pasados. Vuestrasvestiduras continan blancas y puras, como cuando las recibisteis demis manos. La armona de vuestras voces e instrumentos, hoy sonmejores. 9 Habiendo dicho estas palabras, el rey agreg consolemnidad:10 Un ao de prueba todava resta, al final del cual serisexaminados. Permaneciendo fieles como hasta aqu, seris honradossiendo confirmados como sbditos de este reino de paz. No obstante,si alguien fuera hallado en falta, ser desterrado, an y cuando estejuicio nos traiga mucha tristeza y sufrimiento. 11 Las palabras delrey llevaron a los sbditos a una profunda reflexin. Todos,examinndose, indagaban reverentes: Estaremos aprobados?!12 Segurosde que seran victoriosos, pues amaban a Salem y sus leyes, unieronlas voces en un cntico expresivo de fidelidad. Al terminar elcntico, Adonas les revel su gran secreto:13 Aqullos que fuerenaprobados, heredando este reino de paz, recibirn como rey a mihijo, a quien dar el trono glorificado de esta Salem Victorio-sa.14 La revelacin del rey fue aclamada por todos con mucho jbilo.Adonas, sin embargo, todava no les haba revelado todo su plan, poreso pidindoles silencio, prosigui:15 Mi hijo empuar un cetroespecial, en el cual sellar todo el derecho de dominio, su cetro,simbolizando toda la armona, ser un lad. 16 Ante esta revelacin quea todos sensibiliz, el prncipe postrndose a los pies de su padre,llor motivado por mucha alegra. Mientras tanto, todos le aplaudancon euforia, anhelando ver el amanecer de ese da en que la paz seravictoriosa.17 Adonas, llamando a Samael a estar junto a su hijo,concluy diciendo:18 En el gobierno de esta Salem victoriosa, tengoel prop-sito de hacer de Samael el primero despus de Melquisedec. Al ser confiado el pergamino de las leyes, debiendo ser el guardinde la honra de este reino triunfante.

Captulo 4

Samael se deja dominar por sentimientos de grandeza y orgullo.Mantiene en secreto su plan e in-tenta imponer sus conceptoscontrarios a la ley del pergamino. Melquisedec consigue restaurarloal camino de la humildad y la rectitud, pero nuevamente recae aldejarse dominar por el orgullo y la codicia.

1 Samael, al conocer los planes de Adonas en cuanto al futuro deSalem, se llen de euforia. Contemplaba ahora risueo aquella ciudadsin igual, imaginando su futuro de gloria. Considerando laspalabras del rey, de que l sera el segundo en el reino, se dejdominar por un sentimiento de exaltacin. l, que hasta entonces, enobediencia a las leyes del pergamino, haba vivido una vida dehumildad, comenz a enorgullecerse de su posicin. En su devaneo sesenta junto al trono, teniendo a los sbditos de Salem a sus pies,aclamando con alabanzas su grandeza. Samael, totalmente dominadopor ese sentimiento, no se daba cuenta de que estaba siendoconducido por un camino peligroso. El orgullo que lo seduca, estabagenerando el egosmo que luego se manifestara en codicia. 2 Unasemana despus de la revelacin de Adonas, los sbditos promovieronuna fiesta en homenaje a Melquisedec, el futuro rey de Salem.Vindolo aclamado por tantas alabanzas, Samael tuvo el coraznarrebatado por un extrao sentimiento de envidia, fruto del orgulloy del egosmo. No poda soportar el pensamiento de ser dejado ensegundo plano. Acaso no era l tan hermoso y sabio como el prncipe?!Era casi imposible disfrazar tal sentimiento de infelicidad. 3 Entiempos pasados, Samael encontraba indescriptible placer en losmomentos en que, al lado del prncipe, recitaba las leyes contenidasen el pergamino, que eran transformadas en lindas canciones. Ahora,tales momentos se tornaron desagradables, pues aquellos principioscontrariaban sus ideales. Decidi, sin embargo, no revelar sussentimientos de rebelin. Soportara el anticuado pergamino hastaque, con su autoridad, pudiese excluirlo del nuevo reino que seraestablecido. No sera acaso l el guardin de aquellas leyes? Esa"victoria" procurara alcanzar mediante su influencia y sabidura.4Juzgando poder influenciar al hijo de Adonas con sus sueos degrandeza, Samael se aproxim hasta l con euforia, y comenz ahablarle de las glorias del reino venidero, donde los dos,cubiertos de honores, disfrutaran de las alabanzas de una Salemvictoriosa. Seran ellos los hroes del ms perfecto reino establecidoentre los hombres.5 Las delirantes palabras del sbdito honradotrajeron preocupacin y tristeza al corazn del joven prncipe, puesno reflejaban las enseanzas de amor y humildad del pergamino.6Viendo a su amigo ntimo en peligro, Melquisedec, con una ternurajams revelada, lo con-dujo al lado del trono, donde, tomando elpergamino, comenz a leer compasivamente los siguientes prrafos:7 Elreino de Salem ser afirmado sobre la humildad, pues esta virtud esla base de toda verdadera grandeza. 8 La humildad es fruto delamor, siendo contraria al orgullo, que puede mantener a unacriatura apresada al polvo, hacindola contentarse con suslimitaciones, engandola como si las mismas fueran de infinitovalor. 9 La humildad consiste en el olvido de s mismo, y este, enuna vida de abnegado servicio por los semejantes. 10 Samael,esforzndose por encubrir su indignacin ante la lectura delpergamino que para l era anticuado, dijo al prncipe, en tono deconsejo de amigo:11 Mi buen amigo, reinaremos en una Salemvictoriosa, que fulgurar muy por encima de este pergamino, cuyosprincipios fueron cumplidos fielmente en estos aos de prueba. Acasola plena libertad no ser la gloria de Salem? Pues sabed que, lacompleta libertad no coexistir con estas leyes, cuyo objetivo seencierra al trmino de los cinco aos. Corresponde a nosotros doscoronar a Salem con el honor de una total libertad, que generar unafelicidad sin fin. Tal libertad es imposible que exista bajo laslimitaciones del pergamino. 12 El hijo del rey se estremeci muchoante las palabras de su amigo, que evidenciaban locura. Cmoliberarlo de ese camino de muerte?!13 Nadie en Salem, adems deMelquisedec, conoca la triste condicin de Samael. Con paciencia, elprncipe procuraba concientizarlo del valor real del pergamino,cuyas leyes no po-dran jams ser alteradas, pues esto ocasionara elfin de toda la paz. 14 Los consejos del prncipe finalmentedespertaron su corazn. Meditando en sus palabras, se concientiz deestar siguiendo por un camino engaoso.15 Al ver en los ojos de aqula quin tanto amaba las lgrimas del arrepentimiento, el hijo deAdonas se alegr con su victoria sobre el orgullo y el egosmo. 16Los das que siguieron a la liberacin, fueron llenos derealizaciones; El prncipe se mostraba an mas amigo, dispuesto a dartodo de s mismo de modo que su compaero pudiese proseguirtriunfante en el camino de la humildad. En aquellos das de jbilo,fue dado a l el honor de conocer el cetro que estaba siendomoldeado.17 En un momento de descuido, Samael que haba vuelto adisfrutar de paz en el espritu, permiti que su corazn nuevamenteestuviera posedo por un sentimiento de grandeza, que hizodesencadenar una nueva tormenta en su alma. Ese sentimiento mezclade orgullo y codicia le sobrevino en el momento en que el prncipele mostraba el lad dorado, en el cual estaba siendo impreso elsello de todo el dominio.

Captulo 5

Samael formula planes de conquista. Predica a los sbditos unafalsa y engaosa doctrina. Adonas percibe esta rebelin y predica laexactitud de las leyes del pergamino para lograr la paz y laver-dadera libertad. Melquisedec les ofrece el perdn y laoportunidad de volverse a la rectitud. Samael se rene en secretocon sus seguidores y les revela su plan de conquista.

1 Desde su mansin Samael contemplaba a Salem en su resplandormatinal. Vindola, cual novia adornada a la espera de su rey, lacodici. En su delirio comenz a formular planes de conquista. Yapoda sentirse exaltado sobre su trono, teniendo en las manos elcetro precioso. Todos lo aclamaran como el libertador de la opresinde aquellas leyes. Salem sera un reino de completa libertad yplacer. Dominado por esta codicia, comenz a maquinar planes deconquista. 2 Samael decidi actuar sutilmente entre los sbditos,llevndolos a ver en el pergamino alguna imprecisin a la libertadreal. En su misin de engao, actuara con aparente bondad, mostrandointers por el crecimiento de la felicidad de todos. 3 Poniendo enprctica sus planes, comenz a visitar a los sbditos en susmansiones, hablndoles de las glorias del reino venidero, dondedisfrutaran una completa libertad. 4 Grande era su influencia enSalem. Todos admiraban su belleza y sabidura, tenindolo como unperfecto apstol de la justicia y del amor. Nadie poda imaginar queen medio de aquella atmsfera de jbilo y gratitud una trampa sutilestaba siendo colocada, en las garras de la cual muchos podran caerpor descuido. 5 En su seductora misin, Samael no hablaba contra elpergamino, no obstante, lo elogiaba por haber ejercido en aquellosseis aos prontos a finalizar, una misin de prueba. En su lgica, sinembargo, procuraba mostrar que, en el reino venidero, cuando todosestuvieran aprobados, estaran por encima de aquellas leyes. Susargumentos, aparentemente correctos, le preparaban el camino paraafirmar abierta-mente que, en el nuevo reino, la existencia delpergamino, sera una traba a la concretizacin de la verdaderalibertad. 6 Las semillas de la rebelin lanzadas por Samael notardaran en germinar en el corazn de muchos en Salem. Esto acontecaa seis meses del Yom Kipur, cuando el destino de todos serasellado. Un tercio de los habitantes, seducido por el terribleengao, lo exaltaba ahora, en completo desprecio a las leyes y alprncipe, a quines juzgaban de anticuados. 7 Adonas, que sufra alver el surgimiento de toda esta rebelda, convoc a los sbditos a unareunin de emergencia. En la faz de todos se poda ver lascontrastantes disposiciones.8 Con voz compasiva, el rey comenz arevelarles, como jams lo haba hecho antes, la gran importancia delas leyes registradas en el pergamino, mostrando que ellas eran labase de toda la prosperidad y paz. Si tales leyes fuesen excluidas,toda felicidad y gloria se extinguiran, dando lugar al caos.9Despus de mostrar la necesidad de las leyes, Melquisedec, movidopor un fuerte deseo de salvar a aqullos a quienes tanto amaba,levant el pergamino delante de todos y, con voz llena de bondad lesofreci el perdn y la oportu-nidad de volver a iniciarse en elcamino de la paz. Sus palabras a todos conmovi, logrando que hastael mismo Samael estuviese al principio motivado, sin embargo, elorgullo le impidi de nuevo el arrepentimiento. De esta manera, elsbdito honrado, cuando todava poda mirar arrepentido hacia elpergamino, se endureci en su rebelda, decidiendo continuar hasta elfin. Esta decisin, todava, no la manifestara prontamente, pues habaidealizado un plan traicionero. 10 Al finalizar el encuentro deoportunidad, Samael convoc a sus seguidores a una reunin secreta,que fue realizada bajo el manto de la noche, junto al riachuelo deCedrn que estaba fuera de los muros de Salem.11 Despus de maldecirel pergamino y a todos aqullos que lo defendan, comenz a hablarlesde sus planes de venganza y traicin:12 Como vosotros sabis, losseis aos de prueba se estn agotando, restando, a partir de hoy,veinticuatro semanas para el da de la coronacin. Si vosotrosquisierais tenerme como rey en lugar de Melquisedec, podr robarleel cetro, apoderndome del reino. 13 Samael comenz a explicarles loslanzamientos de la traicin, dndoles las debidas orientaciones sobrela manera de actuar a partir de aquella fecha:14 Necesitamosmantener una apariencia de fidelidad al per-gamino y al prncipehasta que llegue el momento de actuar. El golpe ser dado en lanoche que antecede al da de la coronacin. A la media noche,furtivamente nos ausentaremos de Salem. Robar en esa noche el cetroy, juntos, huiremos hacia el pro-fundo valle donde estn lasciudades de Sodoma y Gomorra. All nos armaremos, y marcharemoscontra Salem, subyugando a nuestros enemigos. Aca-baremos entoncescon el per-gamino y con todos aqullos que se rehusaren rendirobediencia a nuestro gobierno

Captulo 6

Samael y sus cmplices fingen fidelidad al reino. Melquisedecconfiado le muestra a Samael el lugar secreto del lad dorado.Samael traiciona la confianza de Melquisedec preparando a sushombres y robando el preciado cetro. Samael y sus seguidoresmarchan hacia el valle. Salem peligra.

(Video) Estudio Bíblico | El sacerdocio de Melquisedec - REFLEXIÓN.

1 Sobrevinieron das de aparente tranquilidad y paz, Samael,fingiendo fidelidad, estaba siempre al lado del prncipe,demostrando admiracin por sus nuevas composiciones que exaltabanlas leyes del pergamino. Los seguidores de Samael, de la mismamanera, unan las voces en alabanzas que expresaban la grandeza delos principios a los cuales repugnaban.2 Melquisedec, lleno dealegra por ver aproximarse el da de su coronacin, ensayaba con lossbditos los cnticos de la victoria, los cuales haba compuestoespecialmente para aquella ocasin. Con felicidad hablaba a todossobre sus sueos en tornar a Salem cada vez mas llena de honra porsu belleza y armona.3 Samael, en su maldad oculta, se burlaba delprncipe. Ya prevea el dolor que le ocasionara el golpe de latraicin.4 En aquellos das de aparente paz, el sbdito rebelde procurconocer el lugar en que el cetro estara oculto hasta el da de lacoronacin. El prncipe, sin desconfiar, le revel todo el secreto: lasala, el cofre con su enigma, el rico estuche y, finalmente eltesoro. Contemplndolo el astuto Samael se anim al ver impreso en suparte convexa el sello del dominio; Comprendi que, aqul que loposeyera, tendra en las manos el reino de Salem. Solamente algunosdas, pens l, y tendra bajo su poder aquel precioso instrumento.5 Elsol declin trayendo a Salem el da que significara victoria oderrota.6 Poco antes del anochecer, Samael haba dejado el palaciodonde haba pasado todo el da al lado del prncipe, ayudndole en lospreparativos para la ceremonia de la coronacin. Dirigindose haciasu mansin, salud las tinieblas con una malvada sonrisa. Cunto habaanhelado por aquella noche! 7 Mientras que los fieles, embelesadospor la emocin de la feliz victoria, revisaban bajo la luz decandelabros los adornos de sus instrumentos, de sus vestiduras ymansiones, certificndose que seran aprobados a la maana siguiente,Samael y sus seguidores hacan sus ltimos preparativos para blandirel golpe.8 A la media noche, siguiendo las instrucciones de Samael,todos sus seguidores abandonaron silenciosamente sus mansiones,dirigindose al profundo valle de Cedrn, donde esperaran a su nuevorey.9 Samael, a su vez, se dirigi a los fondos del palacio, pordonde esperaba entrar sin ser notado, yendo al encuentro del cetro.Evitando hacer cualquier ruido, traspas el portal, dirigindosesilenciosamente a la sala que guardaba el precioso cetro.10 Enaquel momento, e

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